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Ansiedad y estrés
Ansiedad y estrés

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La ansiedad es una respuesta de nuestro organismo ante una amenaza. Si es funcional, puede ser positiva, ya que pretende avisarnos de que hay algo que debemos solucionar porque puede dañarnos.

El estrés, como variante de la ansiedad, consiste en la respuesta que da nuestro organismo cuando detecta que no puede responder al entorno, se siente sobrecargado. Cierto grado de estrés es positivo ya que ayuda a activarnos.

Cuando la ansiedad se convierte en una sensación constante de preocupaciones. Aspectos cotidianos como puede ser: el cuidado de los hijos, pareja, finanzas, competencia y organización se convierten en pensamientos persistentes que nos atrapan y no conseguimos desactivarlos.

Ante la ansiedad nuestro organismo puede responder de cuatro formas:

  1. De forma cognitiva: pueden aparecer problemas de memorización, atención, de falta de retención de datos, agotamiento mental, sensación de indecisión y inseguridad. Todos ellos desaparecen cuando la ansiedad se trata de forma adecuada.
  2. De forma emocional: con emociones como la tristeza y la culpa.
  3. De forma fisiológica: con contracturas, dolor en el pecho, mareo, náuseas, dolor de cabeza.
  4. De forma conductual: puede haber un bloqueo que puede propiciar a conductas de lucha o huida.

Los diversos trastornos de ansiedad que trato son:

  • Ansiedad generalizada

Este trastorno implica preocupaciones excesivas, caracterizadas por impaciencia, tensión, irritabilidad, fatiga y angustia ante aspectos cotidianos. Se teme que pueda ocurrir algo catastrófico, aunque haya una muy baja probabilidad. Se vive en un miedo constante.

Entre los síntomas aparecería: dificultades para concentrarse o mantener la mente en blanco, tensión, dificultades para dormir, dolores de cabeza o musculares, inquietud, fatigabilidad, etc.

  • Ataques de ansiedad

El trastorno de pánico se caracteriza por la aparición de ataques de ansiedad (ataques de pánico o crisis de angustia) en las que se experimenta una sensación de terror intensa, que va acompañada de síntomas físicos, como taquicardias, mareos, sensación de hormigueo, dificultad para respirar, sudoración, sensación de ahogo, miedo a perder el control o miedo a morir. Muchas veces la persona vive un estado de alerta continuo que promueve que estos ataques se vuelvan a repetir.

  • Estrés postraumático

El trastorno por estrés postraumático, es una severa reacción emocional asociada a un trauma psicológico que no se ha podido elaborar de una forma adecuada, haciendo que la persona que lo padece reviva de forma reiterada fragmentos del evento traumático.

  • Fobia social

La fobia o ansiedad social es un miedo irracional y exagerado que se experimenta en situaciones sociales. Miedo a una valoración negativa por parte de los demás, a una actuación que pueda parecer humillante o a parecer nervioso, por ello estas situaciones se evitan de forma constante. De igual modo, se experimenta ansiedad anticipatoria, esto es, la vivencia de ansiedad con el mero hecho de pensar en esas situaciones sociales.

  • Hipocondría

La hipocondría se caracteriza por el miedo irracional a padecer enfermedades graves. Las personas que padecen hipocondría interpretan cualquier signo que aparece en su cuerpo de forma catastrófica.

  • Obsesivo Compulsivo

El trastorno obsesivo compulsivo se caracteriza porque hay algo que obsesiona (activa la ansiedad) y genera angustia y malestar. Para evitarlo, realizamos rituales que nos relajan (compulsiones), que son tan intensos y continuos que acaban por ser un problema y nos ocupan gran parte del día. Obsesiones de limpieza e higiene personal son las más habituales.

Las terapias que realizo se basan en un primer momento en control de la ansiedad con técnicas de relajación y entrenamiento en respiración. Posteriormente se aplica la técnica más adecuada según tipo de ansiedad, básicamente técnicas cognitivo-conductuales El secreto de su éxito radica en que se trata de una terapia enfocada en la acción, por lo que los primeros resultados no suelen tardar demasiado en apreciarse. El objetivo final de la terapia cognitivo conductual es ayudar a la persona a cambiar los pensamientos poco adaptativos o disfuncionales que están en la base de la problemática y que contribuyen a mantenerla.

Considero que es necesaria una buena prevención, cuando empiezan a aparecer los primeros síntomas sería conveniente consultar para que no devenga en patología en un futuro.

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